Crocodilos e avestruzes
Juicios
Como los demás actos del habla, los seres humanos estamos permanentemente enjuiciando: enjuiciamos todo lo que vemos. Lo apreciamos, lo valuamos, lo valoramos, lo sopesamos. Ello ocurre y ha ocurrido siempre en todo tiempo y en todas las culturas porque los juicios están y han estado en el lenguaje. Lo que proponemos es que se puede ser más sabio/a con los juicios, al igual que con los demás actos del habla, y por esa vía desarrollar mejor las coordinaciones de acciones que ocurren cotidianamente en los centros escolares.
Los juicios son decires o dichos por alguien mediante los cuales se valora, sopesa, valúa o aprecia una situación, un objeto, una persona o una comunidad de personas.
Los juicios tienen una particularidad que los hace muy potentes para el liderazgo y es que afectan nuestras emociones y estados de ánimo con mayor fuerza que los demás actos del habla. Normalmente, los juicios de los otros acerca de nosotros nos afectan. Nos alegran o nos entristecen; nos abochornan o nos enaltecen.
Ello ocurre porque a los seres humanos se nos ha educado desde muy pequeños, desde que aprendemos a hablar e incluso antes, que ciertos dichos significan premios y otros, castigos. La asociación entre los juicios “positivos” y los premios, y los juicios “negativos” y los castigos es tan intensa, que provoca o gatilla en nosotros reacciones emocionales instantáneas. El juicio: “Juanito es un niño muy bien portado, ¡se comió toda su comida! Ahora puede comer este postre”, dicho por una madre cuando
Juanito apenas sabe hablar, trae aparejado el dulce premio del postre. O el juicio: “Juan, eres un excelente empleado.
La empresa te ha nombrado el empleado del mes.
Sigue así y estarás entre los candidatos a ocupar el puesto de supervisor”, va en la misma línea. Juan siente alegría
Construyendo climas escolares efectivos - 105 de inmediato. El juicio le muestra un mundo de posibilidades en caso