Carta sobre donación de órganos en argentina

Estimado Mateo, es a través de esta carta que, ante todo, vengo para ofrecerle mis sinceros sentimientos sobre el fallecimiento de su Padre. Sé que no puedo ayudarle a olvidar el dolor que sientes y la difícil pérdida de un ser querido es algo que nosotros seres humanos, incluso con toda la tecnología de hoy en día, estamos perpetuamente condenados.
De hecho, todavía no tenemos la respuestas de muchas enfermedades y tampoco el secreto de la inmortalidad, pero pido permiso para que esta misma carta le pueda brindar la oportunidad de ayudar a postergar el sufrimiento de los familiares de algunas personas. Me refiero a la donación de órganos que se trata del reemplazo de un órgano vital enfermo, sin posibilidad de recuperación, por otro sano. Lo mismo si puede hacer com algunos tejidos.
Para ser un donante de órganos en general no hay límite de edad, pero la muerte tiene que ocurrir en una unidad de terapia intensiva por el cese irreversible de la función cerebral. El médico de la UTI que asiste al paciente tiene la obligación de efectuar la notificación al Incucai (Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante). En estos casos, el resto de los órganos vitales - que son regulados en su función por el cérebro – pueden funcionar durante un tempo si la persona fallecida está conectada a um respirador y si al corazón se le infunden soluciones y drogas especiales llamadas inotrópicas que favorecen el latido. Si se produce el paro cardiaco, los órganos pierden viabilidad y sólo se puede ablacionar tejidos -córneas, piel, hueso o válvulas cardiacas- durante un lapso de horas.
El proceso de donación comienza com la certificación de la muerte cerebral siempre realizada por médicos, quienes deben verificar la lesión cerebral en su gravedad y extensión, para determinar en base a su magnitud que es la causante de la muerte. En segundo lugar, la pérdida total y definitiva de las funciones comandadas por el cerebro y el tronco cerebral, como la